Es la conclusión de un estudio que muestra la importancia que tienen las experiencias sociales adversas durante la adolescencia y sus consecuencias en la edad adulta.

Fatiga, irritabilidad, alteraciones en el sueño... Incluso puede desembocar en depresión. Esta dolencia afecta al 42% de los españoles.

La crisis o la falta de tiempo de los padres causan los desórdenes en niños y adolescentes

Aunque se encuentra ubicado en su país natal, Argentina, donde dirige un centro de investigación en el que trabajan 25 personas, el trabajo de Mariano Sigman se extiende por múltiples continentes, como el europeo donde dirige uno de los equipos que conforman el proyecto Human Brain.

Un estudio revela que  tiene una implicación significativa en la salud de las personas

¿Alguien duda de las enormes ventajas que las nuevas tecnologías aportan al bienestar, la comunicación y el conocimiento? Pocos ¿Alguien duda de que su abuso es una amenaza para la salud mental? Esperamos que también pocos.

El 21 de marzo fue el Día Mundial del Sueño, una fecha que este año está dedicada a inculcar sobre la importancia de tener una buena calidad de sueño. La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que entre un 20 y un 48% de la población adulta sufre en algún momento dificultad para iniciar o mantener el sueño y que en al menos un 10% de los casos es debido a algún trastorno de sueño crónico y grave, una cifra que incluso podría ser mayor por el alto número de pacientes que no están diagnosticados. Y es que, aunque muchos trastornos del sueño son tratables o prevenibles, menos de un tercio de los pacientes buscan ayuda profesional.

"Las buenas relaciones nos hacen más felices y saludables, la soledad mata". A esta conclusión ha llegado Robert Waldinger, doctor en Psiquiatría, sacerdote Zen y profesor de la Universidad de Harvard, tras 80 años de estudio. Según su investigación sobre la felicidad, una de las más peculiares y longevas que existen, las personas solitarias son menos alegres, tienen peor salud y desarrollan más problemas cerebrales.

Uno puede estar rodeado de gente y sentirse solo. Todo depende de la calidad de sus relaciones. Por ejemplo, los matrimonios con una mala relación son mucho peores que un divorcio. Los que gozan de buenos vínculos, aportan mayor bienestar y son sinónimo de vida sana, según este informe, elaborado a partir de 1938 y que aún hoy se sigue actualizando.

A las personas que se ofrecen a participar se les llama cada dos años para preguntarles sobre su vida y así consolidar la investigación. Gracias a esto se ha podido avanzar mucho en el estudio del envejecimiento.

Una de las conclusiones obtenidas es que quienes son más felices a los 50 años, llegan a los 80 de una manera más sana pese a los achaques de la edad -físicos y psicológicos-. En uno de los discursos de Waldinger, el psicoanalista señaló que la felicidad reside en los momentos y en los pequeños detalles. En lugar de pasar el tiempo frente a un ordenador, entregarse a las relaciones humanas.

Esta tesis se ve reflejada en los resultados del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicado el pasado 8 de marzo. El 78,8% de los españoles califica con una nota igual o superior a 7 -en una escala de 0 a 10- su estado de felicidad y el 12,5% se siente "completamente feliz".

De un total de 156 países, España ocupa el puesto 37 en el denominado Informe Mundial de la Felicidad 2016. Esta lista la encabeza Dinamarca, seguida de Suiza e Islandia. En estos países del bienestar ha dado numerosas conferencias el madrileño Jesús Vega. Ex directivo de empresas tan importantes como el banco Santander y el gigante de la moda Inditex, ahora vive su sueño tras crear una aplicación llamada Feeldreams, ideada para crear una infinita cadena de favores. "Compartir es mucho mejor que competir. Pienso en los demás primero; luego en mí mismo". Intenta rodearse de diferentes perfiles para incentivar la creatividad. Y viaja. Viaja mucho. "Es fácil disfrutar de los negocios si sabes disfrutar de las personas que se encuentran en ellos. La felicidad no es un objetivo para mí. Intentar que la gente lo sea sí lo es".

La misma filosofía comparte Ana Belén León, psicopedagoga especialista en atención temprana. Trabaja para garantizar la satisfacción de los jóvenes. "Cuidamos sus emociones, un elemento que a veces se deja de lado tanto en la escuela como en el hogar. Intentamos educar a los niños para que encuentren la felicidad en sí mismos. Si se busca en otras personas, se puede pecar de crear falsas ideas o expectativas que no siempre se cumplen".

Para esta experta, se tiende a dejar la felicidad para el futuro, como una meta a alcanzar. Debería ser lo contrario. "Reside en el día a día y en las cosas que hacemos habitualmente". Y se atreve a dar un consejo para alcanzar el bienestar: "Lo principal es tomar conciencia de cómo quiero ser y estar. Aprender a vivir el presente, a veces nos encerramos en nuestro pasado. Y, sobre todo, aprender a reconocer que la felicidad no depende de la suerte... Es el resultado de muchas decisiones que tomamos en nuestras vidas".

Este punto de vista es compartido por el ex entrenador de la Selección Española de Baloncesto Pepu Hernández, quien tampoco cree en el azar. Para este líder del trabajo en equipo, que la pelota entre en el aro requiere de un trabajo previo. "Incluso puede trasladarse al plano personal, hay que trabajar la felicidad".

No hay una fórmula de motivación para alcanzar el éxito del conjunto, todos los miembros deben implicarse. "Los problemas personales los podemos tener todos, pero un grupo tiene que trabajar en una misma dirección". Y si se da el fracaso, se debe relativizar: "Es verdad que la alegría de una victoria nos dura 15 minutos y una derrota semanas. Es injusto, puedes llegar a no creer en ti mismo. Hay que analizarla rápido porque detenerse en ella puede castigarnos demasiado. Siempre hay que sacar aspectos positivos y ser autocrítico".

La felicidad como meta
Otro ejemplo de felicidad andante es Karu Basso, payasa hospitalaria que desempeña su labor en la Fundación Theodora. Armada con una nariz roja y una sonrisa perenne recorre hospitales de 14 ciudades españolas. Su misión: devolver la ilusión a aquellos pequeños que yacen enfermos. "Nos encargamos de recordar a los niños que son niños y que tienen derecho a que jugar".

Actriz de formación, ya desempañaba esta labor en centros sanitarios de Brasil, su país de origen. Confiesa que, cuando entra en un hospital, siente que accede a un mundo diferente donde el tiempo se detiene. "Muchas personas piensan que esto es colocarse el traje de clown y listo, pero hace falta mucha formación: sensibilidad, sutileza, aprender los protocolos de higiene, de vestimenta... Ser un profesional de la comunicación que esté al cuidado de un niño que está mal".

Otra mujer que dejó todo por la felicidad es Begoña Fraire. Ex modelo y relaciones públicas de numerosos locales, su verdadera pasión era la gastronomía. "Desde muy pequeña, me iba con mi abuela para ver qué cocinaba. Si a todo esto le añadimos el gusto por comer bien, la curiosidad, los viajes... se me fue abriendo un mundo y, casi sin quererlo, estaba estudiando y metida entre fogones". Desde entonces, no ha parado de moverse para dirigir y crear su restaurante de autor, Seis Ocho.

"No hay nada como disfrutar con la comida. Ya sea con tu plato favorito o probando cosas nuevas". Lo más importante para esta extremeña de 37 años es todo lo que rodea a la mesa, una reunión de amigos, una celebración familiar... "la atmósfera hace de la comida un placer". Esa gente que la rodea se alegra de los pasos que ha dado hasta emprender y lograr su sueño. "Puede sonar a tópico, pero con los años te das cuenta de que cada día necesitas menos cosas y que lo importante de verdad es vivir tranquilo".

Valorar las cosas que uno tiene más que aquellas que le faltan es también la receta del psicólogo psicodinámico y relacional Jesús María Prada. "Es importante darnos cuenta de si sabemos algo más que ayer o que hace un año". Aunque parezca raro, opina que muchas personas confunden la felicidad con algunas cosas que les hacen felices. "Esto provoca situaciones en las que individuos cambian, pero siguen buscando el bienestar donde siempre. Y no lo encuentran. Por ello se sienten raros. Tenemos que ser conscientes de que, según crecemos, vamos siendo distintos y tenemos que reflexionar e interactuar con nosotros mismos para alcanzar dicha felicidad".

Para el experto, estar alegre implica una serie de requisitos. Aquellos que encuentran la satisfacción personal en el dinero tendrán que sacrificarse y estudiar para conseguirlo. Quienes quieran gozar de buena salud deben sacar la fuerza de voluntad para ejercitarse todos los días. "La esperanza también es fundamental. Nos conecta con algo. Es un ahora no, pero mañana quizás sí, algo que nos impulsa a seguir hacia delante".
Una vida con sentido es sinónimo de felicidad para Victor Küppers, formador y conferenciante. "Muchas veces se confunde con alegría y placer, que son sensaciones temporales". El impedimento para alcanzar la felicidad es que nos movemos en una sociedad consumista y materialista, relata, y no nos centramos en lo verdaderamente importante.

"Lo que te hace feliz es saber que estás siendo la persona que quieres llegar a ser y tener relaciones maravillosas". Todo esto empieza a contar cuando tenemos un nivel de bienestar mínimo: "El dinero ya sabemos que no da la felicidad, pero sin él es muy difícil ser feliz; sin comida, sin una casa digna, sin un trabajo que te autorrealice...".

Las actitudes personales tienen una importancia máxima para el experto. "Ser buena persona es muy rentable en la vida. Los conocimientos son importantes, las habilidades y la experiencia también, pero lo que diferencia a las personas grandes de las mediocres es su manera de ser, la honestidad, la amabilidad, el esfuerzo, la humildad, la generosidad y la alegría".

Bien lo sabe Guadalupe Viola, abogada mediadora en conflictos positivos. Muchas veces es difícil encontrar la felicidad cuando hay disputas por medio. Rupturas de pareja, reparto de bienes o deudas, adultos con mayores dependientes... "Intentamos que las personas encuentren una solución por ellos mismos. Nuestras armas son la negociación, el diálogo y la comunicación".

La figura del mediador de conflictos es entre tres y cuatro veces más barata que acudir a un proceso judicial. Y, según Viola, el porcentaje de éxito de estas consultas roza el 80%. "Nuestra meta es quitar la angustia de las personas que vienen y devolverles la confianza. Que creen sus propias fortalezas. La capacidad de volver a ser feliz, está dentro de ellos", valora la letrada.

Esta fortaleza es la que hace levantarse cada mañana para competir al máximo nivel a deportistas como Chema Martínez. Este corredor de maratones tiene fama de buenrrollista. "Les tengo a todos engañados", bromea.

Confiesa que le pone mucha pasión a sus días. "Me despierto con una sonrisa e intento que sea especial. Disfruto corriendo largas distancias".
Además de los 42 kilómetros de las competiciones, recorre el camino hacia la felicidad. "En el maratón sabes que habrá momentos duros, que tendrás que ser disciplinado y comprometido. Al concluir, acabas con esas dificultades y terminas con una sensación de bienestar".

Otro caminante que ha buscado no la felicidad, sino la vitalidad, es Nacho Dean. Le llaman el Willy Fog español porque ha abandonado todo para dar la vuelta al mundo a pie: "Siento que estoy abrazando la vida con más intensidad que nunca". Su objetivo es contar una historia de valor y coraje que pueda inspirar a otras personas, en este momento confuso y falto de valores.

Dean ha puesto su sueño en marcha para que el mundo siga su ejemplo. "Lo último es quedarnos con los brazos cruzados. Que esta aventura sirva para demostrar que no hay límites, los límites los ponemos nosotros".

Para dar el primer paso, el joven cree que lo primero es "atreverse a soñar" y, después, "tener la valentía de conquistar los sueños, de ir a por ellos". Una vida sin sueños no es vida.

La felicidad en números
• Dinamarca es el Estado más contento del mundo. Le siguen los finlandeses, suizos y noruegos.
• 8 de cada 10 españoles califican su grado de felicidad con un 7,5. Un notable para el 78%.
• 37 es el puesto que ocupa España en el Informe de la Felicidad de la ONU. Por encima del aprobado.
• 18-24 es la franja de edad en la que los habitantes de España se declaran más satisfechos con su vida. ¡Juventud, divino tesoro!
• 3 regiones muy alegres son la Comunidad Valenciana, Murcia y País Vasco.
• 8 paraísos felices: Bután, Happy (Texas), Vanuatu, Quebec, Colombia, Wuyi Shan (China), Malaui y Andorra.
 
 
http://www.elmundo.es/vida-sana/bienestar/2016/03/20/56ec1a9fca4741d02a8b45ce.html

Conocer como funcionamos a nivel emocional, comprendernos y aprender a manejar nuestras emociones es fundamental para desenvolverse en el mundo. Las emociones están presentes en cada paso que damos y saberlas gestionar nos permite sacar el máximo potencial en todos los aspectos de nuestra vida.

Según explica la doctora Marisa Navarro, autora del libro La medicina emocional, saber que nuestras emociones dependen de nuestros pensamientos, y que ambas determinan nuestras actitudes y acciones es una de las primeras enseñanzas que debieran impartirse en la infancia. Pues de esta manera los niños tomarían conciencia de que pueden llevar las riendas de su vida y de que sus sentimientos no dependen mayormente de lo que les ocurre a su alrededor, sino de la interpretación que hacen sobre lo que está sucediendo.

“Siendo importante que nuestros hijos sepan matemáticas, física o lengua, también es vital enseñarles a manejar sus pensamientos, a tranquilizar su mente, a cuidar sus emociones, a potenciar su fuerza de voluntad, a saber elegir, a aumentar su autoestima, a ser empáticos, comunicativos y a tener habilidades sociales, entre muchos otros aspectos, que les van a permitir ser más felices, disfrutar más de la vida y gozar de una mayor salud”, comenta.

Marisa Navarro afirma que un niño que sabe hacer todo esto, comprende las emociones de los demás y desarrolla la empatía, el autocontrol y la tolerancia de forma espontánea, haciendo mejor la vida en sociedad. Por este motivo considera que la educación emocional podría prevenir el acoso, la violencia en las aulas y la agresividad. “Además mejoraría el rendimiento escolar y haría hombres y mujeres más felices, eficientes, capaces de afrontar con más optimismo y fortaleza los contratiempos” insiste.

La doctora considera que “nos hemos preocupado fundamentalmente del desarrollo cognitivo y conductual de los niños, olvidando el aspecto emocional, que tanta importancia tiene para su vida y para las relaciones con los demás”. Por ello explica que cada vez más, países que están entre los más ricos del planeta, como Gran Bretaña y Estados Unidos, se han dado cuenta que su riqueza no les garantiza unos ciudadanos más felices y satisfechos con sus vidas y están reaccionando e implantando proyectos de educación emocional en las escuelas.

A su juicio, en España también se están haciendo cosas, pero de manera puntual en algunas comunidades, siendo necesaria una coordinación general en este sentido.

“Educar en medicina emocional es responsabilidad de padres y también de profesores, y es que los niños se educan con cada una de las personas con las que se relacionan”, afirma.

Por este motivo, comenta que la escuela tiene que estar en consonancia con lo que les trasmitimos a los niños en el hogar, así como los amigos con los que se relacionan, sobre los que también tenemos que poner especial atención.

“Si queremos niños emocionalmente sanos empezaremos por el hogar, y buscaremos colegios que potencien esos valores, actividades extra escolares que desarrollen sus habilidades y amigos que les hagan crecer como personas” explica Marisa Navarro.

Pero además, como todo aprendizaje supone atención y coherencia en el ejemplo pues la influencia del entorno es fundamental en los primeros años de vida. Si queremos niños que sepan manejar su ira, que sepan dialogar y escuchar, que sonrían, nosotros tendremos que ser los primeros en hacerlo. Además Marisa Navarro explica que hay otras acciones importantes a tener en cuenta:

• Enseñarles a pensar en positivo: aunque es necesario desahogarse, muchas veces solo hablamos de problemas y especialmente en casa, ya que es el lugar dónde más confianza encontramos para hacerlo, y aunque no pueda evitarse, hay que tratar de dosificar, y encontrar el espacio para resaltar también las cosas buenas que han pasado a lo largo de día, pues seguro que alguna cosa hay, y de esta manera también enseñarás a tus hijos a buscar los buenos momentos que han tenido y a poner atención en ellos.

• Permíteles vivir su momento presente: los niños nacen con la capacidad innata de vivir en su momento presente, y de hecho están en ese momento continuamente. Pero a medida que crecen, los adultos somos los que les entrenamos para que miren al futuro y para que recuerden el pasado, algo que se hace inconscientemente para transmitirles un supuesto sentido de supervivencia y protección ante posibles peligros que les puedan acechar, pero con ello les estamos alejando de los beneficios emocionales que tiene vivir en su momento presente.

• No potenciar en ellos la enfermedad: si el niño recibe demasiadas atenciones cuando padece alguna enfermedad sin demasiada importancia, como un resfriado o un leve dolor de cabeza, se estará potenciando el concepto de enfermedad en él. Si observa que ante este tipo de dolencias tan comunes y sin gravedad obtiene un gran beneficio y atenciones, le encantará estar enfermo. Ante este hecho, se debe procurar no alarmarse excesivamente y alentar a los niños, con frases del estilo, “esto no tiene importancia, pronto podrás salir a jugar con tus amigos…”, “no te preocupes, eres un niño muy fuerte” u otras similares.

• Poner especial atención a las palabras: las palabras son poderosas y tienen grandes efectos en nuestra vida. Hay palabras que enferman y palabras que curan, y depende de uno escoger unas u otras. En este sentido hay que prestar mucha atención a las palabras que utilizamos, o la manera, optimista o pesimista, que tenemos de expresarnos delante de los niños, pues ellos están creando su vocabulario y acabarán hablando como hablen sus padres, con todo lo que esto puede suponer para su vida.

http://isanidad.com/65075/como-educar-las-emociones-desde-la-infancia/

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