Los Estados miembro de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se han comprometido a trabajar para reducir las tasas nacionales de suicidios un 10 por ciento para el año 2020.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a 2017, el suicidio se mantuvo como la primera causa de muerte externa en España, con 3.679 fallecimientos, un 3,1 por ciento más que en el año anterior. El 74 por ciento de las personas que se quitaron la vida fueron hombres. Además, se calcula que por cada una de estas personas hay otras 20 que lo han intentado. El suicidio es la primera causa de fallecimiento no natural en España desde hace más de diez años.
Las estrategias de prevención tienen que involucrar a toda la sociedad, incluidos los profesionales sanitarios de Psiquiatría, Medicina General, Urgencias, además de la Policía, los bomberos, etc. En definitiva, debemos estar involucradas todas las personas y profesionales que podemos detectar riesgos.
Las nuevas tecnologías y las novedosas formas de comunicación también deben ser herramientas de ayuda para quienes están en riesgo, como ha destacado Ana González-Pinto: “Muchas personas con ideación suicida no tienen fuerza para salir de casa, pero sí para comunicarse por telemedicina con un equipo sanitario, que le facilitaría una intervención”.
Imagen de Лечение Наркомании en Pixabay
Estrategias de prevención de la OMS
La Organización Mundial de la Salud ha enumerado una serie de medidas para prevenir el suicidio entre la población:
- Restricción del acceso a los medios de suicidio (por ejemplo, los plaguicidas, las armas de fuego, ciertos medicamentos, etc.).
- Fomentar información responsable desde los medios de comunicación.
- Realizar intervenciones en los colegios.
- Establecer políticas orientadas a reducir el consumo abusivo de alcohol.
- Identificación temprana, tratamiento y atención de personas con problemas de salud mental y abuso de sustancias, dolores crónicos y trastorno emocional agudo.
- Capacitación de personal sanitario no especializado, en la evaluación y gestión de conductas suicidas.
- Seguimiento de la atención dispensada a personas que intentaron suicidarse y prestación de apoyo comunitario.
El obstáculo del estigma
Uno de los principales desafíos ante el reto de disminuir el número de suicidios es afrontar el estigma que actualmente sigue existiendo en torno a los trastornos mentales y, en concreto, el suicidio. Dicho estigma, según los expertos, disuade de buscar ayuda a muchas personas que piensan en quitarse la vida. La falta de sensibilización en este sentido ha impedido mejorar la política de prevención del riesgo de suicidio, que debe ser considerado como un problema de salud pública principal. En la actualidad, la OMS ha registrado solo 38 países con una estrategia nacional de prevención del suicidio.