En Inglaterra, las tasas de suicidio son más altas en la mediana edad (definida como entre 40 y 59 años). A pesar de un fuerte vínculo con el suicidio, en este grupo de edad se ha prestado poca atención a la autolesión.
Con el fin de describir las características y las necesidades de tratamiento de las personas de mediana edad que se presentan en el hospital después de una autolesión, se analizaron los datos Estudio multicéntrico de autolesiones en Inglaterra con las tasas a lo largo del tiempo y las características de hombres y mujeres que se autolesionan en la mediana edad (2000-2013). Las tendencias se evaluaron mediante modelos de regresión binomial negativa.
Una cuarta parte de los casos de autolesiones ocurrieron entre personas de mediana edad (n=24599; 26%). Las tasas de incidencia aumentaron con el tiempo en los hombres, especialmente después de 2008 (relación de tasas de incidencia [RTI] 1,07; IC 95% 1,02-1,12, y se correlacionaron positivamente con las tasas nacionales de incidencia de suicidio (r=0,52; p=0,05). Las tasas en mujeres permanecieron relativamente estables (RTI 1,00; IC 95% 1,00–1,02) y no se correlacionaron con el suicidio. El consumo de alcohol, el desempleo, la vivienda y los factores financieros fueron más frecuentes en los hombres, mientras que los indicadores de mala salud mental fueron predominantes en las mujeres. En ambos sexos, la repetición a 12 meses fue del 25%, y durante el seguimiento, el 2,8% de los hombres y el 1,2% de las mujeres murieron por suicidio.
Estos resultados indican que las autolesiones en la mediana edad representan un objetivo clave de intervención externa. Abordar los problemas subyacentes, el consumo de alcohol y los factores económicos pueden ayudar a prevenir más autolesiones y suicidios.