Afrontar el sufrimiento de otra persona puede provocar, tanto una “angustia empática” consistente en el dolor provocado al ponerse en el lugar de la persona, como y un “cuidado empático” consistente en el deseo de acercarse o aproximarse emocionalmente a esa persona.
No está claro si estos dos sentimientos pueden predecirse con exactitud, estableciendo una clara diferenciación de la actividad neuronal, ni hasta qué punto pueden distinguirse sus sustratos neuronales.
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Los autores desarrollaron marcadores a través de la Resonancia Magnética Funcional (prueba a la que fueron sometidos los participantes en el estudio) que predicen los niveles de intensidad de atención, así como la intensidad de angustia momento a momento, mientras los participantes (n = 66) escuchaban biografías reales que describían el sufrimiento humano.
La atención empática se asoció preferentemente con el núcleo accumbens y la actividad de la corteza orbitofrontal medial, mientras que la angustia se asoció preferentemente con la actividad cortical premotora y somatosensorial.
http://www.cell.com/neuron/fulltext/S0896-6273(17)30415-4