El insomnio es un síntoma frecuente tanto en los trastornos depresivos como de ansiedad que puede mejorar si el tratamiento de la depresión o la ansiedad funciona. Se ha demostrado que la presencia de insomnio en pacientes con ansiedad o depresión es algo que debe tenerse muy en cuenta si pretendemos que el tratamiento sea óptimo.
En el presente estudio, Mason y Harvey determinaron que el insomnio estaba presente en casi el 40% de los pacientes con depresión o ansiedad, especialmente en los que sufrían trastorno depresivo mayor (TDM), trastorno de ansiedad generalizada (TAG) o trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Los pacientes recibieron tratamiento específico para su trastorno (depresión, TAG, trastorno de pánico, trastorno de ansiedad social, o trastorno mixto ansioso-depresivo) mediante tratamiento cognitivo-conductual a través de Internet (iTCC). En los pacientes en los que funcionó la iTCC, no sólo remitieron los síntomas de ansiedad y depresión, sino que también se redujeron los síntomas de insomnio (aunque no cambió el tiempo total de sueño). Los autores sugieren varios mecanismos posibles por los cuales el tratamiento de la ansiedad y la depresión podría influir sobre el insomnio comórbido. Los resultados de este estudio son esperanzadores respecto a que el abordaje de los síntomas de ansiedad y depresión con TCC podría de forma concomitante mejorar los síntomas de insomnio.
Muchos pacientes con trastornos de ansiedad o trastornos depresivos también sufren insomnio y, por desgracia, esta comorbilidad se asocia en general con un peor pronóstico. Por suerte para muchos pacientes, el tratamiento que mejora los síntomas de ansiedad o de depresión puede ser beneficioso para mejorar también los síntomas de insomnio. Este tratamiento indirecto del insomnio puede estar mediado por varios mecanismos:
A) la remisión de un trastorno depresivo o de ansiedad puede mejorar la capacidad del paciente para trabajar o para tomar parte en actividades sociales o de ocio, restableciendo así unos ritmos de funcionamiento social sanos. Los ritmos sociales, p. ej., las horas de las comidas y las interacciones sociales que se producen a la misma hora todos los días, se sabe que actúan como marcadores temporales externos (zeitgebers) que son capaces de influir sobre el reloj circadiano. Al restablecer los ritmos circadianos, a menudo también pueden mejorar los problemas de sueño.
B) Algunos tratamientos ansiolíticos y antidepresivos inhiben la circuitería de activación del cerebro activando así la circuitería que promueve el sueño; como resultado de esto lo esperable es que mejoren los síntomas de insomnio.
C) La terapia cognitivo-conductual (TCC) anima a los pacientes a reestructurar sus creencias acerca de su ansiedad y/o depresión. Algunos pacientes también pueden aplicar estas nuevas habilidades para enfrentarse a sus creencias no sanas acerca del sueño, mejorando los síntomas de insomnio.
D) Cuando el tratamiento de la depresión o de la ansiedad tiene éxito, puede reducir la preocupación y las rumiaciones y se ha demostrado que ambas afectan en gran medida al sueño.
Mason EC, Harvey AG. El insomnio antes y después de tratar la ansiedad y la depresión. J Affect Disord 2014;168:415-21.
http://www.cnschronicle.es/2015/03/el-insomnio-antes-y-despues-de-tratar-la-ansiedad-y-la-depresion/