Un informe de la British Medical Association (BMA) destaca que los sanitarios están en riesgo de fatiga y el impacto que a largo plazo puede suponer. Es un riesgo que tienen que asumir y afrontar todos, desde el gobierno y las organizaciones hasta los propios profesionales.
Factores que aumentan el riesgo de fatiga
Todo el personal clínico corre un mayor riesgo de fatiga debido a factores específicos, tales como:
- largas horas de trabajo
- cargas de trabajo de alta intensidad
- número creciente de consultas con pacientes, lo que puede conllevar fatiga en la decisiones
- interrupciones imprevistas e impredecibles que se asocian con la improvisación en la atención al paciente
- efectos disruptivos del trabajo por los cambios de turnos en el ciclo natural del sueño
Otros factores que pueden contribuir a la fatiga incluyen tener que tomar vacaciones anuales en horarios fijos, ser intimidados o acosado en el trabajo, y responsabilidades adicionales, como ejercer de médico general.
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Impacto de la fatiga en sanitarios y pacientes
La fatiga y la falta de sueño, asociadas con largas jornadas de trabajo y turnos de trabajo cambiados afectan la seguridad personal de los sanitarios, lo que aumenta la probabilidad de accidentes laborales, accidentes de tráfico y lesiones por pinchazos de agujas. También aumenta los riesgos para la seguridad del paciente a través de errores clínicos.
A largo plazo, trabajar largas horas y trabajar por turnos o por la noche conlleva importantes riesgos para la salud, incluidas las enfermedades cardiovasculares, los trastornos primarios del sueño, el sobrepeso u obesidad y el desarrollo de diabetes tipo 2.
Tratando la fatiga en la profesión sanitaria
Si bien los riesgos para la seguridad de las largas horas de trabajo y el trabajo por turnos son bien conocidos y bien gestionados en otros ámbitos, como la tripulación de vuelo, las largas jornadas de trabajo para los sanitarios y resto del personal clínico están significativamente menos reguladas. Parece urgente realizar un estudio integral de los riesgos de fatiga en la profesión sanitaria.
El estudio de BMA describe las medidas para el gobierno, los departamentos de salud y los organismos nacionales, para que los empleadores y los médicos puedan anticipar y gestionar mejor estos riesgos.
Preparando el ‘turno de noche’
Entre las recomendaciones para la preparar el turno de noche y maximizar la recuperación, la guía propone:
- Mantener una buena rutina de sueño central
- Utilizar las 24 horas anteriores a las noches de trabajo para maximizar el descanso, incluido intentar tomar una siesta a media tarde el día anterior al primer turno de noche
- Mantenerse hidratado, comer saludablemente y hacer ejercicio antes de comenzar el turno
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Para realizar un turno de noche “saludable”, la guía propone cuestiones tan sencillas como mantenerse bien hidratado, con patrones de alimentación sencillos y sanos, asegurar un descanso, trabajando en equipo para minimizar la interrupción en los descansos, siesta de no más de 20 minutos y tomar cafeína con moderación, idealmente justo antes de una siesta (la cafeína necesita alrededor de 20 minutos para hacer efecto)
Para la recuperación, después de la última noche del turno, la guía propone una siesta de 1-2 horas antes del mediodía, con actividades habituales por la tarde, intentando recuperar el horario diurno lo antes posible en el sentido de la hora de irse a la cama y de despertarse.
http://isanidad.com/wp-content/uploads/2018/01/Fatigue-sleep-deprivation-guidance.pdf